A NINGUNA PARTE

Sí, hacía algún tiempo que tenía abandonada por completa esta bitácora. No es ninguna obligación la que me hace actualizarla, ni tampoco siento un placer ni una necesidad de escribir como al principio cuando la comencé. Mi desgana unida a la falta de inspiración, que no sólo afectaba a la actualización de la susodicha sino que también monotonizaba mis días en los que parecía no vivir o que al menos pasaban delante de mis ojos sin que hiciera nada por aprovecharlos, han hecho el resto. Ahora vuelvo a escribir en este pequeño espacio, no sé si con ilusión o sin ella, no sé si para que me lean o deshagorme, no sé si para aportar un grano de arena a aquellos que me pincheis o para quitarme el peso de la montaña que recae últimamente sobre mi, pero vuelvo a escribir...en este pequeño espacio. Antes de escribir este artículo le he echado un vistazo a los últimos que había escrito. No me había percatado hasta hoy de que lo que en principio estaba destinado a ofrecer mis puntos de vista sobre cualquier tema en cuestión, a darme a conocer pero con cuentagotas, lo que en principio pretendía ser poético o prosático, mostrar inquietudes, gustos o desvarios, lo que yo pensé que sería un intercambio al final se ha convertido paulatinamente en un "hablar de mi" constante, en un diario de problemas y penas, en una pérdida de tiempo y espacio, en auténtica basura escrita por alguien (yo mismo) cuya inspiración parecía estar de vacaciones. No comprendo el porque de esa necesidad de hablar de mi, de mis neuras. Nunca concebí esta habitación como un diario, pero poco a poco ha ido adquiriendo ese tono hasta llegar a saturarlo. Supongo que no será más que otra de las tantas contradicciones que llevo conmigo hacia ninguna parte.
Cuan lejos esta ese lugar llamado "ninguna parte".